O Pensamento Filosófico e História

O Pensamento Filosófico e História

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Detalhes

  • Categoria: Filosofia
  • Autores: UC
  • Quantidade de Páginas: 69
  • Data de Inclusão: 09/06/2016
  • Formato do Arquivo: PDF
  • Tamanho do Arquivo: 450 KB

La filosofía no es una ciencia. Hubo una época en la que sí lo fue y, de hecho, ocupaba el rango más alto del saber. Esta concepción se quiebra en el siglo XVII, pues irrumpen una serie de saberes nuevos que se van especializando en diferentes campos. Este proceso comienza con la aparición de la física (Siglo XVII), la química (XVIII), la biología (XIX) y las ciencias sociales o humanas (XIX). Aunque la matemática tiene carácter de ciencia desde la época clásica. Desde entonces, la filosofía queda reducida a un ámbito no científico porque no hay un campo de fenómenos filosóficos, no hay un objeto existente en la realidad como ocurre con el resto de las ciencias. Sin embargo, la capacidad del ser humano de pensar no se agota con cada una de las diferentes ciencias: estas nos responden a ciertas cuestiones pero a su vez nos plantean cuestiones nuevas. La filosofía, aunque se parezca a las ciencias por esa aspiración de aportar respuestas, da tan solo eso, respuestas, mientras que la respuesta de la ciencia coincide con la solución, que es la única. La filosofía propone cuestiones abiertas para sucesivas preguntas posteriores. Esto se debe a que las cuestiones filosóficas tienen una naturaleza inagotable. Además, las respuestas son relativas y dependen mucho de las orientaciones personales, la época en la que se vive, etc. ¿Cuales son los temas que interesan al pensamiento filosófico? Los temas que interesan al pensamiento filosófico son las cuestiones que se plantean por el hecho de ser humanos, es decir; los grandes interrogantes que han preocupado al hombre a lo largo del tiempo. Estos interrogantes no son específicos de ningún saber, y son recurrentes a lo largo de la historia. El desarrollo científico aporta conocimientos a la filosofía. Un ejemplo de ello es lo ocurrido en el siglo XIX con la teoría de la evolución de las especies de Darwin, que repercutió en una idea filosófica: "Todo lo existente está sometido a un proceso evolutivo", y a su vez ésta influye en el ambiente del siglo XIX. También es cierto que no se trataba de una idea original del propio Darwin, sino que personajes anteriores como Anaximandro lo habían contemplado ya. Ocurre lo mismo con los atomistas y la idea de la composición atómica de la materia. En el siglo XIX se retoman estas ideas pero dejan de ser meramente especulativas, y pasan a ser oficiales. Aun así, en algunas ocasiones la filosofía afirma ideas que son incompatibles con las ciencias, por eso aunque se alimenten mutuamente hay que saber separarlas.

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